La cala Es Codolar es una de esas playas de Ibiza con un encanto especial. ¿Por qué? Por ser una de las más amplias de la isla (3000 metros de largo) y por estar poco frecuentada por turistas. Se encuentra a tan solo 10 kilómetros de la ciudad ibicenca, prácticamente pegada al aeropuerto y muy próxima a Sa Caleta y a la famosa Ses Salines.
Esta inmensa playa pertenece al Parque Natural de Ses Salines y se ubica justo al lado de las piscinas de sal, un lugar icónico en un ambiente mágico donde pueden observarse aves migratorias que hacen parada tras su agotador vuelo. Si estás buscando un lugar diferente para pasar el día y más alejado de la oferta turística típica de Ibiza, la cala Codolar puede ser una buena opción.
Además, podrás ver los aviones pasar por encima de tu cabeza a muy corta distancia, ya que la playa se encuentra justo debajo de la zona de aterrizaje y despegue del aeropuerto. Esta playa es frecuentada por surfistas en días de viento y también por lugareños que pasean con sus perros.
Es Codolar es una playa más solitaria que otras de la isla debido quizás a que no es de las más cómodas: está formada por cantos rodados o còdols, de donde viene su nombre, aunque una vez dentro del agua, ya puedes pisar arena suave y deleitarte con su agua cristalina y su pintoresco paisaje. Ahora bien, lo ideal es alquilar un barco sin licencia para moverte como pez en el agua por las calas de Ibiza y evitar molestas piedras.
Si vas a visitar Es Codolar sin barco, házte con unos escarpines para llegar caminando hasta el agua, y ten cuidado con las rocas ya que pueden ser resbaladizas. Si el mar está en calma no hay problema, pero con oleaje, presta atención a piedras grandes que pueden ser arrastradas dentro del agua. Al final de la playa y junto a los estanques, hay un restaurante/chiringuito que ofrece hamacas y sombrillas colocadas en una explanada, donde podrás estar más cómodo si no te apetece tumbarte en las piedras. ¡Y no olvides las gafas de buceo!
Ahora que estás decidido a darte un buen baño en esta playa, te estarás preguntando cómo llegar a Es Codolar. Como la playa es tan extensa, dependiendo hacia el extremo que quieras ir podrás elegir varios caminos. Si quieres ir hacia la zona de los estanques y el restaurante, partiendo desde Ibiza ciudad, dirígete al aeropuerto para coger en la rotonda próxima a este la salida a las Salinas.
Sigue recto por la autovía unos kilómetros hasta que veas un camino secundario que sigue los estanques. Después, gira a la derecha para pasar entre las piscinas, y luego elige el sendero de la izquierda para dejar a ese lado las montañas de sal. Finalmente, sigue todo de frente hasta dar con el restaurante, y estarás en la parte del Cap des Falcó.
En caso de que quieras visitar la otra punta de la playa Es Codolar, al salir de Ibiza debes coger la salida Sant Jordi/aeropuerto y continuar varios kilómetros hasta llegar a una pequeña rotonda rodeada de naves al lado del aeropuerto, donde deberás coger la carretera de l’Aeroport. Continúa recto en la siguiente rotonda, y al final de la carretera gira a la derecha. Por último, en la primera salida que veas gira a la izquierda para coger el camino que va directo a Es Codolar, donde podrás aparcar en una zona residencial bastante tranquila.
En la parte de la cala Es Codolar ubicada en las salinas, hay una cordillera montañosa para subir a Cap des Falcó, donde tendrás unas vistas privilegiadas del entorno. Puedes ver una espléndida puesta de sol desde aquí en los meses fríos.
Por otro lado, te encuentras en Ses Salines, un espacio natural protegido y reconocido como Patrimonio de la Humanidad en 2001. Las piscinas de sal eran una de las principales fuentes de riqueza de la isla antes del boom turístico, y es el punto escogido por muchas aves para su descanso durante las migraciones. En agosto y principios de la primavera podrás ver majestuosos flamencos en la zona.
No puedes dejar de visitar el Centro de Interpretación de Ses Salines, o hacer una ruta guiada para descubrir sus secretos. ¡Después puedes relajarte en el chiringuito de Es Codolar! También puedes acercarte a la playa Ses Salines para tumbarte en su arena blanca o buscar la escondida cala Es Canal de s’Olla.
Si vas a la otra punta de Es Codolar, tendrás máxima tranquilidad. En los alrededores, y no muy lejos, puedes visitar Sa Caleta, una pequeña y pintoresca playa repleta de casetas varadero de los pescadores ibicencos. Date un paseo por la zona para descubrir su asentamiento fenicio y otras construcciones del siglo VIII a.C. Sigue por la costa a pie para exfoliar tu piel con el barro arcilloso rojo de la playa Es Bol Nou. En esta cala, hay además un chiringuito para que puedas disfrutar de buen pescado, una tienda y un puesto de masajes. ¡Planazo!