Seguramente alguna vez te hayas preguntado si se puede vivir en un barco en España, especialmente si tienes una embarcación de cierto tamaño o estás pensando en comprarte una, y teniendo en cuenta el precio al que se está poniendo la vivienda. Si la idea te ronda la cabeza, y quieres saber si es legal vivir en un barco, cuáles son los pros y contras, y qué gastos conlleva… este es uno de esos artículos de los que no te puedes perder detalle.
Son muchas las personas que se plantean vivir en una embarcación o que incluso acaban dando el paso, bien sea por las dificultades de contratar una hipoteca y acceder una vivienda, o simplemente por sentir pasión por la vida a bordo y el contacto con el mar. De hecho, aunque en España no es una práctica tan habitual, en otros países como Reino Unido, Irlanda u Holanda no es raro encontrar gente que elige esta alternativa.
En cuanto a si sería legal en España, la respuesta es un claro“sí”: es decir, no existe ningún impedimento legal en nuestro país que prohíba vivir en un barco; es más, muchos marineros de profesión pasan semanas, incluso meses, viviendo a bordo de un barco. Pero claro, una cosa es vivir en un barco navegando, y otra vivir en un barco que esté amarrado o fondeado permanentemente en un muelle o un puerto, que es la pregunta que muchos de vosotros os haréis.
En estos casos, aunque vivir en un barco en esas condiciones seguiría siendo legal, hay que tener en cuenta una serie de requisitos que nos pueden exigir. Para empezar, habría que notificar a las autoridades del puerto en cuestión que nuestra embarcación tiene la condición de vivienda. Las autoridades portuarias podrían en tal caso decidir que, puesto que el barco va a permanecer fondeado durante largo tiempo, el amarre debería circunscribirse a ciertas zonas del puerto.
Una de las ventajas y razones que nos pueden mover a tomar esta decisión es clara: el precio. Si bien es cierto que vivir en un barco acarrea también unos costes (que veremos un poco más adelante), no es menos cierto que elegir una embarcación como vivienda será mucho más barato que vivir en una vivienda convencional con prestaciones similares. De hecho, es posible incluso empadronarse en un puerto, al igual que lo haríamos en una vivienda en tierra.
Pero otra ventaja adicional que a veces se pasa por alto es la sensación de libertad que da vivir en un barco: saber que en cualquier momento puedes soltar amarras y trasladarte a vivir a cualquier parte del mundo, con tu “casa” a cuestas, y sin tener que pagar alojamiento. En este sentido, no olvidemos que a raíz de la pandemia hay una mayor demanda por este tipo de vida, deslocalizada, alejada de las grandes urbes y más en contacto con la naturaleza, y primando el trabajo en remoto.
Aunque en general podemos decir que vivir en un barco es más barato que hacerlo en una vivienda convencional (especialmente si hablamos de comprarla), no olvidemos que la embarcación tiene también unos costes de mantenimiento a los que habría que sumar, en caso de que la mantengamos permanentemente amarrada en un puerto, los gastos derivados del atraque o fondeo, incluyendo ciertos impuestos o tasas que estamos obligados a pagar.
Respecto al amarre fijo en puerto, si bien el precio varía de un lugar a otro y depende a su vez de otros factores como el tamaño de la embarcación o, incluso, de la temporada del año, podemos estimar una media de 300-400 euros de gastos de amarre, que incluyen no obstante el suministro de agua y luz así como el uso de instalaciones comunes del puerto (duchas, garaje, etc).
A esto hay que sumar los gastos propios del barco en concepto de reparaciones o recambios propios del desgaste causado por el uso y el paso del tiempo, así como -importante- el precio del combustible, aunque este gasto en concreto dependerá de si lo mantenemos fondeado en un puerto o si, por el contrario, nos hacemos a la mar con él de vez en cuando.
Por último, no olvidemos lo más importante: el barco. Plantearse una vida a la orilla del mar puede ser muy bonito… pero si no tenemos una embarcación, el sueño puede esfumarse rápidamente. Y no está de más recordar en este punto que los precios de una embarcación, especialmente una con unas dimensiones y servicios mínimos para poder vivir con cierta comodidad en ella, no son económicos precisamente.
Por lo general se recomienda que un barco para vivir tenga, como mínimo, unos 10-12 metros de eslora: los veleros son la mejor opción para este uso; pero incluso si nos planteamos comprarlo de segunda mano, un velero en relativamente buen estado con una cocina y un baño no bajará de los 20.000 euros (mínimo). En cualquier caso, no queremos desanimarte: aunque lógicamente conlleva unos gastos, vivir en un barco es factible, y en ciertas ciudades el coste puede ser muy atractivo.
Una vez tenemos el barco y hemos tomado la decisión de vivir en él, como ya explicamos antes lo primero es notificar que nuestra embarcación tiene la condición de vivienda al club marítimo o a la autoridades portuaria pertinentes; si está fondeada permanentemente, según el Artículo 16 de la ley de navegación marítima tendrá la condición de buque inactivo.
Según dicha ley, la Autoridad Portuaria puede asignarnos una zona específica para fondear, exigirnos ciertos elementos de seguridad, y pedirnos que demostremos una solvencia económica para poder vivir en el barco, además de solicitarnos una garantía o un seguro en caso de accidente. El barco fondeado no puede interferir ni poner en riesgo a otras embarcaciones, personas o instalaciones del puerto: de ser así, las autoridades pueden ordenar su retirada.
En definitiva, como te hemos contado se puede vivir en un barco en España aunque hay que tener en cuenta una serie de requisitos y recomendaciones, además de considerar que aunque salga más barato, también tiene sus gastos. Quizás una vida a bordo no atraiga a todo el mundo por sus limitaciones en cuanto a espacio o comodidad… Pero lo cierto es que por sus ventajas y por la sensación de libertad que brinda, son muchas las personas que optan por este estilo de vida.