Racó de Ses Dones es una de esas calas que aún mantienen la esencia original de la isla; mientras que otras playas pueden estar atestadas de turistas y bañistas durante el verano, en este pequeño rincón de la costa ibicenca podemos desconectar fácilmente porque, está tan escondida, que sólo quienes conocen el secreto de cómo llegar a ella pueden encontrarla.
El curioso nombre de esta pequeña cala, que cuenta con apenas 20 metros de arena, significa “Rincón de las Mujeres”, y se debe a que hasta mediados del siglo pasado era utilizada exclusivamente por las mujeres, que en aquella época se bañaban separadas de los hombres para poder quitarse la ropa en la intimidad, evitando miradas o suspicacias.
Lo cierto es que en las primeras décadas del siglo XX los bañadores que usaban las mujeres eran vestidos largos de tela que dejaban poco lugar a la imaginación; pero hay que entender la mentalidad y los tabúes de aquellos tiempos, así que muchas mujeres siguieran usándola como una playa “exclusiva” para ellas durante muchos años.
Irónicamente, el hecho de que esta playa se llame “Rincón de las Mujeres” y que junto a ella esté situado el enorme monolito con forma fálica de Es Paller d’en Camp -uno de los monumentos naturales más importantes de la costa de Ibiza- ha dado pie a muchas suspicacias y comentarios picantes como los que aquella costumbre trataba de evitar.
Son muchas las cosas a destacar del Racó de Ses Dones; además de la curiosa historia sobre el origen de su nombre, si por algo se caracteriza este lugar es por su particular acceso; y es que la única forma de acceder a esta cala es atravesando un pequeño orificio o cueva practicado en el itsmo que une el monolito de Es Paller d’en Camp con el acantilado, por lo que en ocasiones se la llama también Cova de Ses Dones.
Este monolito que controla el acceso a la cala de Racó de Ses Dones es uno de los monumentos naturales más bonitos de toda la costa de Ibiza, y es parada obligada para hacer varias fotografías; si al norte del itsmo tenemos Racó de Ses Dones, al sur nos encontramos con otra pequeña cala, Racó d’es Paller d’en Camp, también poco frecuentada.
Y es que para acceder a Racó d’es Paller d’en Camp debemos cruzar a través de unas grandes rocas -fruto de antiguos derrumbamientos en el acantilado- que la separan de la más conocida playa de Es Figueral, y que no sólo dificultan el acceso sino que prácticamente la ocultan de la vista a los bañistas que visitan Es Figueral, y que ignoran que más allá hay otra playa.
Casi como si fuera una burla al pudor y la vergüenza que querían evitar las mujeres que acudían antaño a Racó de Ses Dones, la vecina Racó d’es Paller d’en Camp se ha convertido debido a la dificultad del acceso y a su proximidad a Es Figueral en una playa donde es habitual practicar el nudismo.
Precisamente la otra playa que limita al norte con Racó de Ses Dones, Aigües Blanques (o Aguas Blancas), es una playa que está en Ibiza reconocida oficialmente como playa nudista, aunque ya hemos dicho que el acceso desde aquí a Ses Dones -a pesar de su proximidad- es imposible. Además de por su arena y por la práctica del nudismo, Aigües Blanques es conocida también porque en ella es posible realizar baños de barro.
Esta pequeña cala ibicenca no es sencilla de encontrar, y mucho menos llegar hasta ella, pero eso es a la vez lo que la ha mantenido prácticamente virgen y aislada. Geográficamente se sitúa entre el monolito de Es Paller d’en Camp -justo al sur- y la conocida playa de Aigües Blanques, que limita al norte.
Para llegar hasta ella no debemos sin embargo dirigirnos a Aigües Blanques, ya que el acceso es imposible. Tras dirigirnos al pueblo de Sant Carles de Peralta, situado al noreste de Ibiza, continuaremos unos 4 km siguiendo las indicaciones que llevan hasta la playa de Es Figueral; una vez en ella, caminaremos hacia el norte en dirección al monolito, atravesando por el camino otra cala situada a los pies de éste, el Racó des Paller d’en Camp.
Ya hemos mencionado la particularidad del único acceso a Racó de Ses Dones, que no es otro que un agujero en la roca a los pies del monolito de Es Paller d’en Camp, hecho antiguamente para que las mujeres pudiesen acceder desde la vecina Racó d’es Paller d’en Camp, situada justo al sur. El acceso no es fácil, pero gracias a eso Racó de Ses Dones suele estar vacía.
Para llegar hasta el agujero a los pies del monolito que da acceso a la cala, hay que dejar el coche en la playa de Es Figueral y caminar hacia el norte de la misma unos 400 metros hasta llegar a unas rocas desprendidas del acantilado; tendremos que atravesarlas –cuidado si el oleaje es fuerte- para cruzar al otro lado y llegar a Racó d’es Paller d’en Camp, desde donde divisaremos la cueva a la izquierda del monolito por la que accederemos a Racó de Ses Dones.