Esta cala se encuentra en el norte de la isla de Ibiza en el municipio de Sant Antoni de Portmany, en la zona de Santa Agnès. Es larga pero muy estrecha, con unos 250 metros de longitud y 10 metros de ancho y, en lugar de arena, su costa está formada por rocas y grava. Esta cala escondida de ensueño está rodeada por grandes rocas en forma de acantilados que junto al agua cristalina del mar le aporta una belleza incomparable, nada que envidiar a otras calas de Ibiza o Formentera. Es uno de los mejores rincones que encontrarás en esta zona.
Situándonos en la plaza del pueblo de Santa Agnès, debes coger el Cami des Pla de Corona y continuar unos 400 metros fijándote a la derecha hasta ver un pozo viejo, el Pou des Pla donde debes aparcar el coche o moto. Una vez en el pozo hay que seguir el sendero de tierra que se encuentra a su izquierda donde caminarás al lado de unas pocas casitas blancas. Tras dar una curva verás un vallado de piedra seca a partir donde comienza la aventura por un bosque de pinos. Tras 200 metros nos encontraremos en la cima de un acantilado desde donde veremos parte de Ses Balandres.
La parte del descenso es más complicada y no recomendable para personas con vértigo o limitaciones físicas. Verás un camino escarpado y estrecho en zigzag que baja por el acantilado. Pasarás por paredes verticales que bajarás con ayuda de cuerdas y por una escaleras de madera, elementos instalados por los pescadores para ayudar en el descenso. En la bajada disfrutarás de unas vistas increíbles y una vez en la cala tendrás seguramente playa de agua esmeralda para ti solo. Se tarda una media hora en bajar y unos 45 minutos en subir. Es muy importante llevar calzado de trekking, comida, agua y una mochila para tener las dos manos libres.
Los rincones más increíbles y preciados de Ibiza son sin duda sus playas de arena blanca y calas secretas de agua turquesa. Dicen que las mejores se encuentran en Formentera que además es una isla virgen y menos masificada con hoteles que Sant Antoni de Portmany. Sin embargo, el norte de la isla de Ibiza tiene numerosos rincones naturales de gran belleza. Ses Balandres con sus vistas de infarto es claramente uno de ellos.
La visita a Ses Balandres es más que una excursión, es todo un viaje en una aventura donde conectarás con la naturaleza y contigo mismo. Para llegar a esta cala por tierra debes adentrarte en un bosque, superar tus vértigos y mantener tu cuerpo fuerte mientras desciendes con cuerdas por empinadas paredes de roca, gravilla y arbustos. Lo que la hace tan especial es exactamente eso: que todo esfuerzo tiene su recompensa y una vez que lo consigues la recompensa de esa mágica cala escondida no te dejará indiferente.
La cala de Ses Balandres es una visita obligada en Ibiza, pero no solo por la intensa experiencia de su recorrido sino también por lo que se ve durante el viaje. Antes de llegar a los acantilados, por los caminos se puede ver el antiguo pozo Pou des Pla, grandes terrenos de almendros y casas payesas que son elementos típicos de la agricultura y arquitectura de Ibiza. En la punta de la montaña se abrirá un paisaje vertiginoso pero de una gran belleza cuyas paredes de piedra cayendo hacia un mar azul cielo representa la geología de la isla ibicenca.
También veremos vegetación típica como pinos o sabinas. Ya durante la travesía del descenso del acantilado y tras superar la escalera se pueden divisar los islotes de Ses Margalides, uno muy pequeño que apenas sobresale del mar y otro más grande famoso por su arco que permite traspasarlo por debajo navegando. Las casetas de piedra de pescadores de Santa Inés donde tienen aquí su punto más cercano al mar, camufladas al pie del acantilado e incluso algunas excavadas en la propia roca, reflejan la astucia de estos pescadores para lograr el acceso a una zona tan difícil de la isla.
Santa Agnès de Corona, nuestro punto de partida para llegar a la cala, es un pequeño pueblo rural de Ibiza de pocos habitantes. Sus casas e iglesia de arquitectura tradicional y algún restaurante te harán alejarte del bullicio de los hoteles para encontrar la paz y desconexión en una población encantadora.
Si volvemos atrás hasta el pozo, (por cierto uno de los mejores conservados en la zona) y continúas por Cami des Pla llegarás a la Puerta del Cielo, uno de los mejores rincones de la zona junto con las calas. Es un mirador en forma de acantilado ideal para ver la puesta de sol así como Ses Balandres y los islotes. ¡No olvides la cámara de fotos!